All I Wanna Do Is Rock...

Tuesday, September 22, 2009

Ventanas


Y ahora me viene a la mente. Nada más patético que un alcoholico recuperado.

Y de repente: sobredosis de Litost.

Wednesday, September 09, 2009

Disclaimer:

Huele como que están a punto de empezar una serie de posts bien, bien clavados. Tratarán temas como el suicidio filosófico, Camus en general, la muerte y la imposibilidad del sentido en la vida. Nomás para advertirles.

Tuesday, September 01, 2009

This Is The Way The World Ends...

This is the way the world ends
Not with a bang, but with a whimper.
-T.S. Elliot

Llevo 15 años de ser el comediante, y ahora, en la conclusión me vengo a enterar de dos cosas. Una es para morirse de risa, la otra no tiene nada de gracia. Les voy a contar la primera (¿Por qué? No sé, esa estúpida necesidad de confesarse con gente que uno ni conoce... Supongo que el blog es lo que nos queda a los que no pagamos el diezmo, y no nos quieren los padrecitos), la segunda me la llevo conmigo.
Intentar poner en palabras las cosas que más nos importan en la vida siempre apesta, cuando no a prostitución, a simulacro. Pero no quiero perder más el tiempo con divagaciones, todavía agradeciendo que, ustedes desconocidos, oyen mi confesión. Pues se las digo.
Y es que, no importa lo existencialistas que nos pongamos, habemos gente que estamos condenados al absoluto, o al menos a la nostalgia de éste, a su anhelo y al insoportable dolor de su ausencia. Y eso es todo: No se puede vivir sin principios.
Yo, que tanto hice daño... Es eso, sobre todo. Yo, la serpiente. Yo y los enemigos que me gané. Yo, que degollé pensando que la vida no tenía sentido (sabiéndolo, no lo tiene). Tomé para mí, partiendo del supuesto solipsista que me mandaba afirmar que no existe nadie más. Yo escogí, dada la opción, reír a carcajadas, y no con sonrisas.
Yo quemé y destruí, saqué todo lo que pude para tener para mí, para hacer de este el mejor de los mundos posibles para mí. Lo hice todo, y lo disfruté. Aun así, con todo y lo que mucha gente piensa de mí, tengo principios. Todo este tiempo creí, y sostuve como sagrado lo que valía la pena sostener ahí.
No les voy a mentir, es delicioso vivir así. Lo malo es que llega un momento en que, si uno es pendejo (y uno lo es), se traiciona a si mismo para salvarse, y se queda sin principios. El momento llegó hace tiempo, decidí dejar pasar varias cosas. "No es tan importante", "seguro hay una buena razón para que haga esto", "estoy mejor así". El problema con la actitud de vender a tu propia madre por tu felicidad es que se vuelve muy dificil distinguir la línea donde te vendes a ti mismo, y una vez cruzada no se descruza.
En mi defensa, es un error que cualquier persona perfectamente inteligente cometería, pues sólo se puede ver la tragedia a posteriori. ¿Para que carajos sirven los principios? No puedes encamártelos, no te llevan a lugares ni hacen que la gente te envidie. Al fin y al cabo, son de esas cosas que no sabes qué hacen hasta que no estan ahí.
Por eso mismo, no puedo ni empezar a explicarles que se siente perderlos (si no, no serían a posteriori, verdad?), pero como burdo resumen, ahora me doy cuenta que de alguna forma son el pegamento que sostiene a la vida junta. Sin ellos simplemente no hay. Hay vacío y silencio, y así.
Como sospechaba, no logré capturar lo que quería decir, se escapó de nuevo. Baste decir que he mirado lo suficiente al vacío ahora, al quedarme así. El verdadero mercenario, el torturador del infinito no confía en dioses ni karmas para hacer justicia. Al menos eso queda. Ahora, al final, no voy a traicionar lo último que me queda. Mi justicia me la voy a hacer yo. Yo me muero como viví.