Es bien sabido por todos los pensadores desde la antigüedad clásica hasta la posmodernidad que hay una pregunta y una afirmación que han turbado cada vez más al hombre desde tiempos inmemoriales, que probablemente se remontan tanto como a los antiguos druidas, de quienes se dice ya hacían esforzados y pujantes intentos por lograr la mezcla perfecta de la una y la otra.
La afirmación, es, obviamente, que a todos los animales les tocó un super-poder. A los pajaros les tocó volar, a las chitas correr muy rápido, a las arañas caminar por las paredes, a las ovejas… bueno, algo les ha de haber tocado a las ovejas, además ya entendieron el punto.
La pregunta, por tanto, que perturba al ser humano se formula como sigue: si uno pudiera elegir un super-poder animal para aprovecharlo e integrarlo como parte de la propia vida, ¿Cuál sería?
La combinación de estos dos elementos, como cualquier párvulo sabe, dio origen a los superhéroes, que son muchos y muy variados, y un gran número de ellos toman algún super-poder animal y lo usan para mejorar la vida en general. Sinnúmero de ejemplos que se me hace superficial mencionar existen, y han aprovechado la mayoría de los poderes de los animales más chidos de la tierra. Sin embargo, la búsqueda del superhéroe perfecto continúa hasta la fecha, como lo hacía desde los hombres de las cavernas, continúa la apasionante persecución del hombre por el sentido de la vida y la mejor combinación entre una persona y un súper-poder animal.
Pues bien, yo quiero poner mi granito de arena, que creo puede ser más bien un desierto completo, pues me parece haber encontrado la combinación perfecta y no comprendo como pudo haber sido pasada por alto durante tantos siglos y por mentes tan ilustres. Pues bien, si están listos para que les sacuda su mundo, déjenme decirles que si yo fuera un superhéroe y pudiera tener cualquier súper-poder animal, dirigiría mis ojos a nuestro buen amigo el Oso, tomando de él nada más y nada menos que el increíble y super-cool poder ultrachido de… ¡Hibernación!
¡A Güevo! Imaginen las posibilidades: No te gusta la situación, un asesino en serie devasta la ciudad, la inflación le acaba de añadir un cero más a todo, no encuentras trabajo, te deja tu novia o empieza otra temporada de la academia y ¿que haces? ¡Mandas al mundo a la verga y te duermes! Te echas unos seis mesecitos y regresas a ver como andan las cosas, y si todo sigue igual, a la chingada, que pa´ eso es la Hibernación. Y en casos realmente extremos como radiación nuclear, regreso de Mili Vanili o reelección de Fox, uno puede usar el grado máximo de este poder e hibernar años enteros, o si se prefiere, hasta la muerte. ¡A la chingada con los poderes activos que le llevan a uno a meterse en las vidas de los demás y tratar de resolverlas! Que cada quien cultive su propio jardín. Y si a mí me preguntan, todo ese rollo de hacer frente a los problemas está muy sobrevalorado. ¡Arriba la apatía y la evasión! ¡Arriba el Oso!
Suena realmente obsceno, lo se, pero no lo es. Ya solo me falta ponerle nombre a mi Superhéroe oso, acepto sugerencias, y si alguno de ustedes geniecillos cree que existe un supermejor superpoder superanimal, soy todo superoidos.
Escuchando: The Postal Service, Give Up
Tom Waits, The Early Years
Leyendo: Palinuro de México (aun)
Mechanics Of Mind
Corpus Herméticum
Viendo: Los Caifanes
Sin City (Obsesivamente, no me pasaba desde Kill Bill)