Y es que yo solo puedo suponer que así pasa (nunca lo sabré de cierto), que el "conocimiento" (ustedes saben lo que quiero decir con esto) se va poniendo cada vez más sofisticado, y construimos conceptos, y conceptos sobre conceptos, y cada vez vamos creyendo que sabemos más, y para mi gusto nomás nos vamos olvidando cada vez más y más que debajo de los conceptos sobre conceptos, y más aun, bajo los conceptos originales hay un niño asustado, solo, en un patio escolar, que está triste y no entiende como están pasando las cosas, que no sabe que hacer; o una niña con ojos grandes, enormes, esperando la comida, que le encanta pintar con sus crayones, que llenan de universos esos ojos (y viceversa). Jugando, temiendo, al fin y al cabo niños, que construyen sus primeros conceptos como mentiras para hacer este mundo más manejable, y después olvidamos para creer que los conceptos son las únicas verdades, más verdades que el mundo. Y cada vez podremos hablar menos, e iremos olvidándonos, Tú y yo, entre tantas mentiras, pero podremos hacer neurociencias, mirar detrás de las intuiciones apriorísticas de espacio y tiempo, o escribir la última obra que deconstruya la deconstrucción misma, que involucre al lector al grado sumo. Menuda victoria, Amor.