Hay muy buenas razones para matarse. La condena al suicidio es, esencialmente, idiota. Una apología del suicidio podría empezar afirmando, por ejemplo, que éste requiere razones para hacerlo (es un acto racional), mientras que venir a la vida -su imagen en espejo- no.
- Con humor. Dead, el vocalista de Mayhem, dejó en la suya "Excuse all the blood". Algo más amargo fue Romain Gary (escritor) quien afirmó "Realmente me divertí. Adios y gracias".
- Con dolorosa, clarísima comprensión. George Eastman dijo "My work is done, why wait?", mientras que George Sanders declaró con valor que estaba "aburrido del mundo, he vivido demasiado".
- Con sentimientos puros, tan inocentes como la alegría misma (Ya refería Borges a alguien que no recuerdo, que afirmaba que los castigos del infierno son símplemente los goces de este mundo vistos en espejo). Estas son las mías también, yo lo veo así. Virginia Woolf antes de ahogarse nos dejó la más pura hopelessness, "I feel certain that I am going mad again. I feel we can't go thru another of those terrible times. And I shan't recover this time. I begin to hear voices." Pero la de Van Gogh es la que más me convence. Por esto lo haría. Él quitó toda la paja y dejó al descubierto la esencia del suicidio al desnudo. Toda su nota consiste en la terrible, evidente, ominosa afirmación "the sadness will never go away".