Mike Leigh es un gran hombre (a lo mejor eso significa "Leigh"), o al menos un gran director. Él tiene muchas ideas complejas y divertidas sobre el cine, pero simplificando, me encanta una. El filma sin guión, pero no con esa pretensión del cine totalmente improv. Cuando quiere hacer una película, se junta con los actores y van inventando la esencia de las escenas, improvisándolas fuera de cámara. Luego les pide que se acuerden de eso, y esencialmente trabaja con el recuerdo. Dice que si tuviera guión todo se arruinaría, la gente seguiría esperando las increibles actuaciones que logra arrancar a sus artistas, y estas serían simplemente imposibles con guión. Debajo de esta postura, hay un principio genial del que se dio cuenta Leigh: el lenguaje mediatiza las emociones. No es lo mismo para nada tratar de evocar una emoción cuando uno trata de recordar las palabras que la describen y acompañan, que cuando uno parte del recuerdo. Si el actor solo tiene la esencia de la emoción en el recuerdo y una libertad absoluta para expresarla, logra cosas increibles. ¿No me creen? Vean Happy-Go-Lucky. Actuaciones increibles, felicidad hecha película y grandes verdades sobre la naturaleza humana. No se puede pedir mucho más de una película.
Thursday, June 18, 2009
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