Era una especie de lacerante, dolorosa maravilla. No sé si se hace una idea, coronel. Es algo así como cuando miras los trenecitos eléctricos, sobre todo si está la maqueta, con la estación y los túneles, las vacas en el prado y las lucecitas encendidas a ambos lados de los pasos a nivel. También ocurre ahí. O bien cuando se ve en los dibujos animados la casa de los ratoncitos, con las cajas de cerillas haciendo de camas, y el cuadro del ratón abuelo en la pared, la estantería y una cuchara que hace de mecedora. Sientes una especie de consolación dentro de ti, casi una revelación, que te abre el alma de par en par, por decirlo de algún modo, pero simultáneamente una especie de punzada, la sensación de una pérdida irremediable, y definitiva. Una dulce catástrofe. Creo que tiene que ver con el hecho de estar siempre fuera, en esos momentos siempre estás ahí, mirándolo desde fuera. No puedes entrar en el trenecito, eso es lo que ocurre, y la casa de los ratones permanece ahí, en la televisión, y tú estás irremediablemente delante, la miras y eso es lo único que puedes hacer. También aquella Casa Ideal, aquel día: podías entrar en ella, si lo deseabas, hacías un rato de cola y podías entrar para visitar el interior. Pero si lo hacías no era lo mismo. Había un montón de cosas interesantes, era curioso, hasta podías tocar las figuras de adorno, pero ya no existía aquella maravilla de cuando la habías visto desde fuera, esa sensación ya no existía. Es algo raro. Cuando resulta que ves el lugar donde estarías salvado, siempre estás ahí mirándolo desde fuera. Nunca estás dentro. Es tú sitio, pero tú nunca estás ahí. Mi madre seguía preguntándome por que estaba triste, y me habría gustado decirle que no estaba triste, al contrario, habría querido explicarle que más bien era algo parecido a la felicidad, a la devastadora experiencia de haberla visto, de golpe, y en aquella casa idiota.
Wednesday, November 07, 2007
Por fin, la Verdad (I): Adentro, Afuera.
City.
Alessandro Baricco.
Posted by Gran Fornicador at 2:51 AM
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2 comments:
después de vivir en un cuarto del cual podía tocar con mis dominutos y patéticos brazos abiertos las dos paredes y de comprender que en semejante cobacha solo cabíamos mi sombra y yo (muy apretadas) creo que me convino pensar que la dichosa casa debía de ser mucho más amplia en algún lugar de mi imaginación o algo así, una de esas ideas PeterPanescas de que el hogar esta en tu corazón daaaajajajaja, el espíritu disney siempre es cursi y lo cursi muy cómodo.
I glimpse in the distance certain roads, clearings silent in the morning after the night's demons have fled: The future, the ageless future... where there is always time to create.
- Maurice Sachs
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