Mortalidades

Muy confundido (justificadamente, creo, después de casi 60 horas con temperatura arriba de 37.5), pero con ganas de postear, y mejor, sin ganas de quedarme callado, porque a veces hay cosas que encabronan, y que no valen la pena decir a la persona que engendra la furia, porque no lo escucharía, o no le importaría, o yo no sé que.
Lo cierto es que yo recordaría a los griegos. Ellos tenían muy buenos escultores, filósofos, oradores y artistas de toda índole (y, aparentemente, toda preferencia sexual). Ellos tenían también la idea de Hybris, esa de que si te sentías demasiado pagado de ti mismo, tan orgulloso que te pusieras a la par de los dioses en talento, los dioses no tardarían en castigarte. ¿Te acuerdas de eso, tú? Varias veces nos reimos juntos de lo cierto de esa idea. Los griegos casi nunca se reían de ella, en cambio. Tan en serio se la tomaban que, algunos de ellos (los más sensatos) llevaban a un esclavo junto a ellos en sus viajes, mientras exhibían sus talentos por todo el mundo conocido, con la única misión de que éste esclavo no parara de decirles en cada oportunidad "recuerda que eres mortal". Es necesario, créelo. Es fácil perderse. Entrarás y leerás y te callarás, como siempre, pero espero que te reconozcas, y te acuerdes, y te consigas un esclavo que te recuerde lo mortal que eres, o que no es lo mismo ser llamado un "artista" que ser uno. Si no, sabes con toda confianza que uno de mis grandes placeres en la vida es recordarle a la gente su mortalidad, y sobre todo tú cuentas conmigo. Acuérdate, vamos, de como castigan los dioses el Hybris; nunca fueron misericordiosos, y bien mirado, puede ya estar pasando. Lo cierto es que poco importa, que la vida continúa -y continuará- sin mucha diferencia, sin importar lo que tú, yo, o casi cualquier persona haga. Acuérdate que la idea de un universo frío, eficiente e indiferente sin ninguna preocupación o distinción hacia sus creaturas puede ser tan reconfortante como el mito del heroe personal e inmortal. Recuerda que ser inmortal a veces aparta la mente del camino. Recuerda que eres mortal.
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Yo hace 3 días que estoy enfermo de no-se-sabe-que, pero ahí me ven pensando que es una enfermedad acá bien misteriosa porque los síntomas son bien incognitos, como fiebre loca y variable, alucinaciones nocturnas (tuve una bien chida con una críatura hecha de ropas que me juzga y me dio mucho miedo y la postearé cuando no sea de noche), dolor intermitente de partes varias del cuerpo, sentimiento marcado de irrealidad y despersonalización (bien inspirador para escribir, no necesariamente cosas con sentido, pero si inspirador), y ninguna molestia de estómago ni nariz ni nada. Yo, con todo rigor científico concluí que debía de ser una de esas enfermedades degenerativas raras y/o hereditarias, como Mal de Lou Gherigh, Síndrome de Tay Sachs o Miastenia Gravis. Al despertar el tercer día decidí que ya no podía postergarlo más, me armé de valor y fui directo al médico (en la tardecita, después de armarme un poco más de valor) para que me confrontara con la mala noticia, no sin antes redactar un breve testamento improvisado por si las moscas, pensar en mi epitafio (dado que ya designé a alguien para escribir mis memorias, ella sabrá quien és) y racionalizar que al menos mi sufrimiento servirá a la ciencia médica para un mejor conocimiento de los males humanos, y quizá inspirará una o dos películas de hallmark dado la dignidad con la que me enfrenté a la adversidad. Y luego que llego al doctor, y el insensato tiene la desfachatez de decirme que tengo una gripe que no se ha desarrollado y que nomás tengo que tomar algo contra el malestar. Mira que mal gusto para acabar con los delirios hipocondríacos de grandeza de sus pacientes.