Iba a seguir mi camino de posts sobre la Verdad.
Pero me puse a leer mi blog, estoy enfermo, no quiero trabajar. Vi posts viejos, me reí mucho, luego me puse triste. Es difícil de explicar, he estado intentando ponerlo en palabras, y además no se puede.
Si intento hacerlo de manera vulgar, básicamente me siento como Bart cuando nace Lisa y Selma y Paty dicen "al crecer van perdiendo su gracia"...
Si intento ponerme serio, en realidad siento que vendí mi alma al hospital. Yo no soy eso, y no se puede pasar la vida fingiendo ser lo que no se es. Yo no soy un médico. Pero esas palabras no lo capturan.
Esas palabras parecen no salir de mí. Creo que para poder decir lo que siento, tendría que ser en poesía, o en humor (que para el caso es lo mismo). Pero no puedo. El yo que Habla está muerto.
A veces siento que me he puesto mejor, que estoy recuperándo(me), a veces siento que todo está perdido. Paradise Lost and Far East of Eden.
Espero no se entienda mal. No estoy triste, no quiero compasión, no quiero justificación, no pido nada de nadie, no hay sentimiento de tragedia. Solo hay atestiguar, tranquilamente, como quien mira por la ventana el mundo derrumbarse sin inmutarse.
Supongo que es el peligro de mirar la propia vida en retrospectiva, volverla una cosa, un sólido, un bloque, en oposición a lo que significa estar vivo, atestiguar el presente.
Pero ya lo hice. Ver un post del Chai, leer viejas peleas, viejos comentarios, mis chistes viejos, intertextualidad, consciencia elevada, reflexión, tiempo para vivir, todo en un paquetito, en el limpio y terrible baul de la memoria. Veo el Chai, el símbolo, la fascinación por el Chai y el símbolo, la capacidad de ponerlo en palabras, la capacidad de hacer que la vida signifique a través de las palabras. Borges como salvación, los zombies como medio de explicar la nostalgia, el Chai como trascendencia, Platón como anécdota. Estar encima de las cosas, en fin.
Luego cortarlo todo, derrumbarlo todo. Como plantar bombas en edificios, pararse detrás de una ventana panorámica y mirarlo todo derrumbarse (suena "Where is my Mind", adecuadísimamente).
Luego, ahora, esperar. Mirar y esperar. Atestiguar y esperar. Esperar a que pase la tos. Esperar a que muera el olvido. Esperar a poder levantarme. Esperar, esperar la salvación. Porque es bien sabido que esto no puede terminar así. Es bien sabido que al final, algo salva. Esperar.