-Escríbeme algo- Dice ella.
Lo que ella no sabe es que mientras dice esta frase, se está escribiendo. Que es imposible no escribir(se), que todo momento es irrevocable, que el instante es todo lo que hay, y que al fin de cuentas nada importa, porque nadie sale vivo de esto; o quizá sabe algunas de estas cosas, o todas, ¿yo que se? Lo que yo si sé es que tengo demasiado sueño y demasiado ruido ahora como para escribir, aunque también sé que es inevitable estar escribiéndose... que eso no para. También sé que, a veces, escribir es un verdadero placer, un verdadero honor.
Thursday, August 31, 2006
De la A a la Z
Posted by Gran Fornicador at 8:56 PM 14 comments
Tuesday, August 29, 2006
log?
Y es que yo no conozco los puntos medios. Cuando estaba en la vagancia en Mérida, tenía 24 horas desocupadas y nada, nada de sueño; ahora, tengo prácticamente 24 horas ocupadas y tengo mucho sueño todo el día. De cualquier manera duermo muy poco. Pero ahora, el sueño no me deja jugar ajedrez (no me puedo concentrar), escribir bien, ni estudiar (se me olvida todo, no puedo fijar mi atención durante más de unos minutos sin dormirme o soñar despierto, o algo).
No todo es tan malo. Hay conversaciones interesantes, hay posibilidades, hay vida. Hay que resolver sobre el Dr. Fausto. El pecado de Fausto no es de lo que lo acusas (lo sostengo). Fausto no es solamente soberbio, egocéntrico, sediento de poder y conocimiento. Si Fausto está sediento de algo es de Absoluto. Fausto se reconoce vacío de algo. El no pacta por más conocimiento (de cualquier manera sería casi imposible, no?); pacta por vida. Lo que Fausto quiere (ante mis ojos) es la experiencia total de ser humano, experienciarlo todo. Fausto no es una imagen patética del intelectual autoconforme. Fausto es la imagen patética del intelectual que lo quiere todo y se ahoga con la vida. Al menos en intención, hay que reconocer la nobleza de la empresa de Fausto, y la imposibilidad de cualquiera de nosotros de escapar de ella: el anhelo de ser absolutamente humano, de experienciarlo todo. No hablaré de Margarita, no hablaré del Fausto Constructor, me reservaré comentarios para cuando pueda expresarlos mejor. Baste, por ahora, reafirmar mi postura ante Fausto y su humanidad, Fausto y su tragedia, y baste también reafirmar mi juicio sobre el Fausto de Goethe como una de las obras inmortales, por cliché que sea afirmarlo (hay cliches ciertos, los hay).
Hablando de doctores, y tragedias, ¿cuantos creen que sean necesarios para arruinar la vida de un GF? Uno. Valadez, del instituto nacional de neurologia y neurocirugia, con su clase de neurología. Creanme, basta y sobra.
Posted by Gran Fornicador at 10:38 PM 5 comments
Wednesday, August 23, 2006
Y?
Si alguna vez se le ocurre a alguien que se puede alejar uno impunemente de Ella o de su recuerdo, o si se le llega a ocurrir que uno puede dejar de extrañarla ocupando su mente todo el tiempo del dia en las cosas más complicadas que uno con trabajos pueda manejar, o si piensa que uno puede escapar moviéndose geograficamente, permítame adelantarle que se equivoca.
Posted by Gran Fornicador at 5:26 PM 14 comments
Monday, August 21, 2006
Señales de Vida.
Estoy vivo.
(No es una buena vida, pero estoy vivo)
Pronto, pronto...
Espero que sigan aquí.
Posted by Gran Fornicador at 10:20 AM 6 comments
Friday, August 04, 2006
4 y 3
El universo (que otros llaman la Biblioteca) se compone de un
número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales
(…)
No hay, en la vasta Biblioteca, dos libros idénticos. De esas premisas
incontrovertibles dedujo que la Biblioteca es total y que sus anaqueles
registran todas las posibles combinaciones de los veintitantos símbolos
ortográficos (número, aunque vastísimo, no infinito) o sea todo lo que es dable
expresar: en todos los idiomas. Todo: la historia minuciosa del porvenir, las
autobiografías de los arcángeles, el catálogo fiel de la Biblioteca, miles y
miles de catálogos falsos, la demostración de la falacia de esos catálogos, la
demostración de la falacia del catálogo verdadero, el evangelio gnóstico de
Basílides, el comentario de ese evangelio, el comentario del comentario de ese
evangelio, la relación verídica de tu muerte, la versión de cada libro atodas
las lenguas, las interpolaciones de cada libro en todos los libros.
Cuando se proclamó que la Biblioteca abarcaba todos los libros, laprimera impresión fue de
extravagante felicidad. Todos los hombres sesintieron señores de un tesoro
intacto y secreto. No había problemapersonal o mundial cuya elocuente solución
no existiera: en algún hexágono.El universo estaba justificado, el universo
bruscamente usurpó lasdimensiones ilimitadas de la esperanza. (…)-La Biblioteca de Babel. Jorge Luis Borges.
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El mar. El mar de noche. Su sonido y su olor. La tranquilidad de la arena, fría, entre los dedos, en el cuerpo. Ver las estrellas, fumar un cigarro, pensar, estar deliciosamente solo con el mar enorme, eterno, originario. Los ojos de mi abuelo, muerto. Él fue como mi padre. Velarlo en la casa, el cadaver en la cama, como si estuviera dormido usando un traje, con las manos sobre el pecho. Sus ojos abiertos, cristalizados, grises, infundiendo un miedo metafísico a lo Otro (como el mar, esos ojos eran el mar). Lo inmenso, lo interminable, el vértigo.
Lo cierto es que nada me pone más triste que el Mar, y las cajitas de música que suenan a pasado, a recuerdos olvidados.
Posted by Gran Fornicador at 3:03 AM 14 comments
Tuesday, August 01, 2006
6 y 5
Regresar por primera vez a Mérida, o abrir los ojos un día y darse cuenta de que ya no era tu hogar, ni podía serlo. Saberse fuera de lugar en todas partes (y no solo que no has encontrado en el mundo tu hogar, sino además sentir la certeza de que tu hogar no está en el mundo). Sentir que saliste de un lugar cómodo ( familiar, conocido) para buscar algo diferente, no encontrarlo (porque no importa a donde vayas, siempre estarás "aquí") y regresar para encontrar que el lugar de donde saliste ya no existe, no tanto porque ya no esté ahí, sino porque tu mirada haya cambiado al punto de no poder verlo de nuevo. Saberte perdido, expatriado. Darte cuenta de ello en una (o varias) noches de insomnio. Saber que de todas formas Mérida nunca fue tu hogar. Recordar el tedio, la soledad, la asfixiante necesidad de rutina y uniformidad en el ambiente; recordar el odio inicial hacia Mérida solo hace todo un poco más triste (es sutil darse cuenta de por que). Saberse abandonado (¿"como caido, en estado de yecto"?), para siempre, desde siempre, en una noche de insomnio y calor interminable. Darse cuenta de esto, fuerte y claro, eso también fue Mérida.
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."(...) Cerré los ojos, los abrí. Entonces vi el Aleph.
Arribo, ahora, al inefable centro de mi relato, empieza aquí, mi desesperación de escritor.
Todo lenguaje es un alfabeto de símbolos cuyo ejercicio presupone un pasado que
los interlocutores comparten; ¿cómo transmitir a los otros el infinito Aleph,
que mi temerosa memoria apenas abarca? Los místicos, en análogo trance prodigan
los emblemas: para significar la divinidad, un persa habla de un pájaro que de
algún modo es todos los pájaros; Alanus de Insulis, de una esfera cuyo centro
está en todas partes y las circunferencia en ninguna; Ezequiel, de un ángel de
cuatro caras que a un tiempo se dirige al Oriente y al Occidente, al Norte y al
Sur. (No en vano rememoro esas inconcebibles analogías; alguna relación tienen
con el Aleph.) Quizá los dioses no me negarían el hallazgo de una imagen
equivalente, pero este informe quedaría contaminado de literatura, de falsedad.
Por lo demás, el problema central es irresoluble: La enumeración, si quiera
parcial, de un conjunto infinito. En ese instante gigantesco, he visto millones
de actos deleitables o atroces; ninguno me asombró como el hecho de que todos
ocuparan el mismo punto, sin superposición y sin transparencia. Lo que vieron
mis ojos fue simultáneo: lo que transcribiré sucesivo, porque el lenguaje lo es.
Algo, sin embargo, recogeré.
En la parte inferior del escalón, hacia la derecha, vi una pequeña esfera tornasolada, de casi intolerable fulgor. Al principio la creí giratoria; luego comprendí que ese movimiento era una ilusión
producida por los vertiginosos espectáculos que encerraba. El diámetro del Aleph
sería de dos o tres centímetros, pero el espacio cósmico estaba ahí, sin
disminución de tamaño. Cada cosa (la luna del espejo, digamos) era infinitas
cosas, porque yo claramente la veía desde todos los puntos del universo. (…) vi
la reliquia atroz de lo que deliciosamente había sido Beatriz Viterbo, vi la
circulación de mi propia sangre, vi el engranaje del amor y la modificación de
la muerte, vi el Aleph, desde todos los puntos, vi en el Aleph la tierra, vi mi
cara y mis vísceras, vi tu cara, y sentí vértigo y lloré, porque mis ojos habían
visto ese objeto secreto y conjetural, cuyo nombre usurpan los hombres, pero que
ningún hombre ha mirado: el inconcebible universo.
Sentí infinita veneración, infinita lástima. (...)"
-El Aleph.Jorge Luis Borges
La primera vez que vi sus ojos (digo verlos, verlos de verdad), sin saber que la visión de esos ojos, más clara que cualquier otra cosa en mi cabeza, se repetiría ad infinitum en todas sus ausencias, en una enorme ausencia.
Posted by Gran Fornicador at 3:00 AM 16 comments