All I Wanna Do Is Rock...

Monday, November 20, 2006

Bien mirado, todo es tan triste...
Uno no puede a veces menos que maravillarse en la tristeza. Muchas veces incluso puede pensarse que se habla, se escribe porque hay tristeza.
(o una mujer; ¿que no es lo mismo?)
La tristeza, sea, pues, en su forma más evidente (de mujer o de tristeza) el acto originario. Sea el principio del movimiento. No es necesario (sería insultante pensarlo) que sea una tristeza "externa", que venga de algo que "pasa ahí afuera" (como si hubieran tales cosas).
Conocer las razones por las que se habla no nos revela nada acerca de aquellas por las que se calla. Simplemente ocurre que un día uno contempla y queda maravillado, superado por la tristeza, por la poiesis y la poética de la tristeza. Entonces, uno entiende (eso que no se puede decir) y se conforma con solo contemplar, con solo "entender", con solo sentarse a mirar y ver todo fundirse en uno, centrifugarse a escala evolutiva, confundirse todo el tiempo (del universo: desde el origen hasta Ti) en el instante.
Entonces, uno mira y ve, y deja a la tristeza Ser en una esquina del centro en la noche, a la que uno da vuelta sin propósito y sin futuro, solo por caminar el centro de noche, solo porque no se tiene un lugar a donde ir; en un soneto de Borges; en unas trencitas rubias o una mujer que uno siente que ha leido toda su vida, que ahora (ahora significa muchas cosas) le escribe a uno con una tristeza casi igual a la propia, que una vez dijo que siempre estaría ahí y con eso hizo que la vida esté bien, que sea posible, que sea una promesa de futuro, de un Chai fuera del tiempo; en un par de senos angelicales (solo porque eso del pubis angelical ya estaba tomado), de un cuerpo de mujer que es todas las mujeres en una; en la más promisoria de las sirenas de la que nos separa el tiempo y espacio, que nos mantiene en el misterio, en el enigma que se perpetúa a si mismo con la construcción de las miradas imaginarias; en la música de Morrisey que flota en el aire, y te trae a ti; Tú, transformada en recuerdo, Tú, presente; la hoja en blanco en donde debería estar escribiendo otras cosas, cosas mucho menos íntimas, cosas de esa "scientia" a la que llegué huyendo (la escogí precisamente por lo impersonal) y en donde encontré el instante por el que no es necesario huir más.
Uno, en conclusión, ya no le teme al silencio, porque lo ha visto surgir de la misma tristeza que las palabras. En algún momento uno comprendió con la máxima claridad posible y necesaria lo que había sabido siempre: que lo único que importa es una mujer.

Tuesday, November 07, 2006

Luego por que no posteo...

La siguiente frase es falsa:
La frase anterior es verdadera.
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(Les iba a decir algo, pero me puse a pensar en eso otra vez y se me olvidó)