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Tuesday, May 17, 2005

Reflexiones Virtuosísimas Sobre Semáforos y Empiristas Ingleses

En un semáforo se puede distinguir claramente entre pesimistas y optimistas, o más bien, entre aquellos que confían en la bondad intrínseca en la naturaleza humana y los que no. Para ponerlo de modo aún más explícito, el semáforo deja discriminar con lujo de detalles a los que se adscriben a las teorías del contrato social más cercanas a Locke y rousseau, y a los que se guían más bien por la visión de Hobbes en este mismo tema.
No se si se han fijado, ya que esto ocurre en todos los semáforos del mundo, pero aquí en donde Balderas se cruza con Bucarelli es bastante obvio, que hay gente que apenas se pone un semáforo en rojo empiezan a caminar para cruzar la calle, aunque vengan 8 autos a mas de 100KpH; por otro lado, habemos personas sensatas que esperamos a que los autos lleguen a un alto total antes de intentar la arriesgada empresa de cruzar la calle, sin importar que el semáforo este en rojo.
Estaran de acuerdo conmigo que los primeros sostienen en su mente una serie de creencias y suposiciones del hombre y sus relaciones sociales de lo más peligrosas (las creencias, no las relaciones), a saber: que esas 8 personas que vienen manejando una tonelada de acero que se mueve a velocidades amenazantes hacia uno perciben, comprenden y han decidido respetar, en aras de un Bien común (o más bien, el Bien del frágil y quebradizo cuerpecillo del hombre cruzando a pie) un complejo codigo social de restricciones, renunciando a ciertos privilegios (como seguir manejando a toda velocidad para llegar a casa a comer unos deliciosos tacos de canasta sin parar en ningun alto) a cambio de consituir un contrato social que garantice seguridad y bienestar para todos los habitantes, y por lo tanto frenarán en el semáforo y no hay de que preocuparse, asi que puedo empezar a cruzar antes de que los autos se detengan, pues como ya vieron el rojo, frenarán, la gente es buena y se comporta de acuerdo a este acuerdo tácito entre voluntades, no hay de otra (visión Rousseau-Locke).
En cambio, los que esperamos a que todos los autos se detengan antes de mover un pie de la banqueta, siendo los profundos conocedores de la naturaleza humana que somos, nos guiamos por este conjunto de creencias: la gente es egoista por naturaleza, y en toda sociedad hay un número limitado de objetos de deseo, habiendo un número infinitamente mayor de voluntades capaces de desearlos (en este caso, solo un cuerpo puede ocupar el espacio representado en ese cruce, el mío hecho de carne frágil y quebradiza, o el monstruoso tonelaje metálico del automóvil, aquí es obvio quien lleva las de perder, en caso de que el "contrato" fuera quebrantado o no existiera), por lo que es de esperarse que hayan conflictos, o choques de voluntades sobre los mismos objetos de deseo (el carro Vs. Yo, para cruzar la calle) ganados por los más fuertes, o poderosos (el carro). Esto no incluye toda la argumentación ofrecida por Hobbes, más si la suficiente para regir mi conducta en el semáforo del cruce Balderas-Bucarelli.
¿Y como resuelve Hobbes el problema de la convivencia social? Para aquellas mentes curiosas e inquisitivas que se lo preguntan, básicamente propone un acuerdo de todas las voluntades para ser subyugadas bajo una única voluntad que arbitre la repartición y la resolución de los conflictos en cuanto a objetos del deseo, es decir, un único e incuestionable soberano, autóridad máxima libre de decidir en asuntos de vida y muerte de sus subditos, a quien se le de todo, para que no tenga nada que desear y no haya mayor bronca con los objetos de deseo que ha de repartir. Es obvio que en esto también tiene razón, y es obvio que dicho tirano debe ser su adorable anfitrión, el Gran Fornicador.
Viva Hobbes! Viva el Gran Fornicador, Excelso Tirano, Azote de los Débiles y Dios entre Dioses! Larga vida a Tirsópolis, cuna de la lujuria, fin de la historia e inevitable utopía del futuro, donde los hombres no conocen la muerte! Las discusiones y controversias entre hobbeseanos y rousseaulockeanos pueden continuar en otra parte, porque en Tirsópolis estarémos todos ocupados gozando los néctares del placer y entregándonos a excesos tales que serán una afrenta al mismo Dios!
Y además, las manchas de sangre en prácticamente todos los semáforos del mundo han dado la razón a Hobbes.

9 comments:

Anonymous said...

Te quiero...

flectere said...

Jajajaja!!! Debemos agradecer al fabuloso Hado haber permitido el regreso de este elocuentísimo post pródigo. Hay trapos blancos en las ventanas de la compu, para celebrar su llegada (si no entienden esto, sean buenos ateos y lean la Biblia).
Lo que no creo es que Rousseau estuviese muy contento esperando el rojo para poder cruzar la calle. Antes de que el semáforo cambiara tres veces (ah!, no... sorry x la intromisión), se quejaría de la degradación moral imperante en esta sociedad moderna, anti-natural, y culparía a la historia por haber roto con la igualdad originaria donde daba lo mismo que andaras a pata, en caminón, burro o coche:en Mercedes o Volcho (o si tienes muchísima suerte, en Tsuru).
Pero, en fin, tras leer tu ilustradísimo debate sobre los empiristas, puedo concluir que... el semáforo es la Diosa Fálica.

tlacoyo said...

podríamos hacer un interesantísimo ejercicio estadístico: Te paras en el semáforo bucarelibladeras mientras alguien más en su auto recorre en sentido perpendicualr al tuyo el mismo cruce y contamos de un total 'n' cuántas veces se puede parar antes de que tú pases. Si sobrevives, yo mismo me encargo de diseñar tirsópolis con diferetes diosas aladas en cada esquina en lugar de semáforos y elegantes carruajes conducidos por ninfas desnudas, todos en un mismo sentido, por eso de evitar las encrucijadas de camino.

flectere said...

Ea, Tlacoyo, nosotros hablamos de semáforos y Diosas... lo de las ninfas desnudas carruajistas lo añadiste tú!
(Me rasco la barbilla en pose meditabunda mientras entrecierro trémulamente los ojos con aire sospechoso, y digo): me late que alguien más ya tiene en mente su propia ciudad... Tlacoyópolis.

Gran Fornicador said...

Gracias flectere, por alegrarte del regreso de mi post de entre los muertos vivientes, y como siempre tu comentario me rebasa un poco, creo que por no leer la biblia. En la escuela de grandes fornicadores nos hacian leer la biblia del fornicio, asi que me quede atras en la judeocristiana, y lo que rousseau haga o no me tiene sin cuidado.
Tlacoyo, eres justamente lo que necesitamos! empieza el diseño de la primera tirsópolis, con diosas aladas y demas ideas geniales que enunciaste con gran sabiduria y justicia. Nomas añadele unas gargolas, no pongas nada de diosas fálicas (demasiado perturbador) y no escatimes en los carruajes de ninfas desnudas (sientete libre de improvisar y ponlas en donde quieras, ¿porque limitarlas a carruajes?). Ya cuando entrenemos a nuestro ejercito de ninfas desnudas estaremos preparados para conquistar nuevas tierras y fundar Tlacoyópolis.
Alice, caele, siempre serás bienvenida en Tirsópolis mientras cumplas con las correctas reglas de vestuario.

Gran Fornicador said...

No estoy totalmente convencido del experimento estadístico, pero si es lo que se necesita, adelante, maldita sea, adelante! no se puede escatimar en nada para esas tan prometidas ninfas desnudas!

Anonymous said...

flectere, que parte de blog NO SERIO no entiendes! bajale la espuma a tu chocolate no? relajate

Gran Fornicador said...

A ver, que transa? Ya dije antes que este blog no es para estarnos atacando mutuamente. Este comentario me hizo pensar en eliminar los comments hasta que yo decidiera como manejar estas cosas, pero eso sería como negociar con terroristas, y nosotros no negociamos con terroristas maldita sea! no en mi pais! y entonces he decidido que si la gente se quiere atacar mutuamente, que hagan lo que quieran (si pidiera que nadie se atacara esto se volveria tan ñoño como "con sello de mujer"), pero que no lo hagan bajo el anonimato, eso si no lo acepto. Entonces, en conclusión, creo que es sensato dejar como regla que si uno quiere decirle algo agresivo a otra persona, tiene que declarar quien es, o ser borrado, y si es posible, enfrentarse al castigo que yo como Gran Fornicador puedo propinar, y creanme que no es poco. En cualquier caso, voy a dejar este un tiempo pa que vean a lo que me refiero que no quiero ver como anonimos, y si ven algo dudoso favor de reportarlo a la brevedad al Gran Fornicador de su preferencia.

flectere said...

Estoy relajada, pero ta bien, ta bien, coño... eso sí, el semáforo sigue siendo la Diosa Fálica.