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Monday, October 24, 2005

En La Torre Oscura De Lewis

Los que me conozcan más personalmente saben que yo y los autores cristianos no somos una combinación frecuente, ni una buena, para todo caso. Por eso mi primera reacción fue una mezcla de duda y escepticismo cuando cayó en mis manos el libro que tengo. Pero no se preocupe, lector atento y perspicaz, no encontré a Jesús, ni vi la luz que cegó (o devolvió la vista, yo ni se) al tal Pablo en su caballo. Más bien el destino (y el amable patrocinio de la Quixotesa) me cruzaron en el camino de un libelo (así puede decírsele a los libros diminutos, búsquelo, no sea inculto) de C.S. Lewis, llamado "The Dark Tower, And Other Stories", que es, en resumen, la colección completa de ficción corta de Lewis (y en su mayor parte, póstuma)
Normalmente, hubiera mandado al diablo cualquier literatura de un autor explícitamente cristiano que llegara a mis manos más rápido de lo que Fox dice otra pendejada frente a los medios a nivel nacional, pero esta vez decidí seguir el consejo de Watzlawick, que solía decir cuando vivía "Si quieres tener como resultado algo diferente en tu vida, haz algo diferente de lo que sueles hacer", aunque en realidad lo que me convenció a leerlo fue el hecho de que yo ya hubiera leido algunos breves ensayos de Lewis con relación al tiempo (Uno de mis temas favoritos, si no el que más) desde un enfoque de su Teología cristiana y, probablemente por pendejo (yo, no él), no los encontré tan desagradables. Eso, en combinación con la asociación que suele tener este nombre con otros como J.R.R. Tolkien y Chesterton, por cuya ficción siente cierto cariño y (en el caso de Tolkien) hasta admiración.
El punto decisivo fue darme cuenta de que la historia principal del libro trataba sobre viajes en el tiempo, como prerequisito para viajes en el espacio debido a condiciones muy específicas en la cronotopía literaria de la obra, que se inserta a manera de epílogo en lo que es conocida como la Trilogía Interplanetaria de Lewis (Chequense, si pueden, "Perelandra"; no la he leido, pero por lo que veo, promete). Además, inclinó la balanza a favor de la lectura de este libro una anécdota que cuenta que los manuscritos de los que se compone tenían como destino la hoguera, pues solo ocupaban espacio tras la muerte de Lewis en el sótano de su hermano, el Mayor (militar, pues); y se salvaron por una casualidad cuando uno de sus secretarios visitó a la familia el mismo día que se esperaba la quema.
Leyendo más a fondo, puedo decirles que no es la cosa más satisfactoria del mundo. Por lo menos dos historias muestran una visión abiertamente ofensiva del género femenino enterito, que raya por momentos en abierta misoginia y simplificación e incapacidad para desarrollar personajes femeninos coherentes. Además, la narrativa en la mayoría de los casos es burda, con un estilo poco trabajado y por momentos tosco.
Pero hay enormes excepciones en el mismo libro, y para hacer justicia a Lewis, debe ser dicho que él probablemente no refinó ninguna de estas historias pues nunca pensó que se fueran a publicar. De hecho las dos más interesantes quedaron inconclusas por su muerte. Entre las excepciones a destacar, está The Blind Man, historia en que se cuentan los primeros dias posteriores a una operación que devolvió la vista a un ciego de nacimiento, y la desesperación de tener que re-conceptualizar el mundo y la vida, así como la angustia de no comprender qué, dentro de todo este amasijo de percepciones nuevas, es la Luz. Este cuento resulta una exploración fenoménica de las percepciones y cognición de los mapas visuales del mundo bastante precisa y apegada a los relatos que pacientes con este tipo de cirugias proporcionarían años después (literatura adelantándose a la ciencia). Otra excepción notable es el delicioso mini-cuento de suspenso "Forms of things unknown", en donde en menos de 6 páginas, Lewis logra construir un suspenso digno de una película entera de Hitchcock, al tiempo que plantea la hipótesis de que los mitos son realidades en algún otro tiempo, lugar o condiciones.
The Dark Tower, la obra que da nombre al libro, explora la posibilidad de viajes en el tiempo con la innovación de proponer que dichos viajes serían imposibles en cuerpo, pues alterarían la constante de Masa del universo, o más resumidamente, que nuestras moléculas constituyentes ya se están usando como partes de algo más, después de habernos desintegrado en la muerte. Sin embargo, se teoriza de que el viaje sería posible desde la cosmovisión de Lewis gracias a que el espíritu humano subsiste después de la muerte. Pero la historia de la novela inconclusa no nos lleva por ahí; más bien propone la idea de que los viajes en el tiempo son una cosa común y cotidiana en la vida humana, y que lo que llamamos "memoria", "recuerdos" e "imaginación" no son más que percepciones del futuro y del pasado: percibimos el pasado entero, no solo aquellas cosas que nos acontecen a nosotros como organismos en el tiempo de nuestra vida, pero cuando coincide que percibimos una de las cosas que ocurrieron en dicho período, le llamamos "recuerdo", pero cuando percibimos algo del pasado en lo que no nos tocó participar experiencialmente, le llamamos "imaginación"; todas nuestras percepciones del futuro serán clasificadas como imaginaciones, pues aún no han ocurrido, aunque las que resultan ocurrir al poco tiempo de haberlas percibido, las designamos como Deja Vu. Así, los personajes deciden construir un Cronoscopio (la analogía de un telescopio, pero que nos permitiría mirar con precisión en el tiempo), partiendo del razonamiento de que los instrumentos como el telescopio son análogos al órgano que potencian (el telescopio al ojo, el estetoscopio al oido), y tras el descubrimiento del órgano que permite la percepción del tiempo, nuestros héroes emprenden el "viaje".
Inmediatamente y con toda facilidad se pueden proporcionar contraejemplos de la poca elaborada visión de los viajes en el tiempo de Lewis, sin embargo, la narración es suficiéntemente interesante para mantenernos enganchados mientras los personajes se desarrollan con cierto talento de cuentacuentos, en un estilo si se quiere, realista. La ciencia ficción de Lewis no aguantaría una prueba lógica realizada con el mínimo rigor, y eso es un pecado imperdonable para este género que, como sugeriría Phillip K. Dick, se funda precisamente en la habilidad de construir un universo que no se colapse. El error no está solo a nivel de la teoría de viajes en el tiempo, sino en prácticamente cualquier intento de Lewis por incursionar en la psicología o sociología, en donde evidencía que cuenta con lecturas muy limitadas y comprendidas a través de el filtro de un cristianismo dogmático, más que racional. Y es que lo más interesante que encontré en este libro es el desprecio de Lewis por otra corriente de su tiempo (a mí, en lo personal, me gusta, pero encuentro esta crítica súmamente interesante), el Stream Of Consciousness, de quien pueden citarse como representantes talentos como el de James Joyce y Virginia Woolf, por citar dos. Al respecto de esta corriente, que Lewis designa Steam Of Consciousness, el autor realiza la siguiente y agudísima crítica: "(...) It (is) impossible for the human mind to observe its thoughts and be the object of its thoughts at the same time. This would be like looking in a mirror to see what you look like when you are not looking at yourself (...)".
No desprecie usted a Lewis de antemano. Si tiene una tarde sin nada que hacer, y la posibilidad de conseguir este libro, hágalo. No se arrepentirá. Si algo se puede decir al respecto es que es un autor que no permite tan fácilmente la neutralidad. Le causará risa, desacuerdo, repulsión, disfrute, lástima o pesar, pero algo le causará toda la diversidad que contiene The Dark Tower (And Other Stories).

8 comments:

Sólo Soy Un Ojo said...

Quizá me hubiera acercado a “The Dark Tower” si hubieses evitado la palabra misógino. Esta semana leía sobre la pintura metafísica y encontré que De Chirico es un misógino consumado, así que tu libro quedara vetado, por lo menos hasta que se me quite mi etapa de feminista ofendida y mamona.
Saludos.

Sólo Soy Un Ojo said...

Ahggg! que horrible fue eso de autonombrarme femenista, me odio.

Anonymous said...

Señor Don Gran Fornicador:
Sirva la presente solo para hacerle llegar un afectuoso, y caluroso saludo de mi hermana (fosf) quien no para de hablar de usted, disculpeme usted si cometo alguna falta de cortesía (u ortografia), pero, me es difícil saber como dirigirme a su tan respetable persona. reciba usted mi admiracion, y por qué no?? un caluroso y nada resbaloso abrazo. amen.

Pirer said...

¿feminista ofendida y mamona?Chale, lo hubiera pensado de cualquiera menos de usted, solosoyunojo, tan decentita que se miraba, jeje.

Gran Fornicador said...

Doña quixote, ya sabe, los jueves son jueves de lewis. Por otra parte, si usté no puede llegar, no se preocupe, siempre se puede transferir la discusión a un café o chai en su perfecto (es que chai en vez de café no admite "defecto").
Ojo en peligro, me deja usté en este momento a De Chirico en paz, deja de autonombrarse feminista y pendejadas por el estilo, y corre usté a ponerse al servicio del primer hombre que encuentre, al que le cocinará lo que este le pida, le planchará sus camisas y le hablará de los personajes femeninos de Lewis como penitencia.
Hermana fosforescente, se dirigió usté de la manera más excelente posible. Salude también a su hermana que elige temas finos y nobles para conversar, y le mando unos no-resbalosos abrazos también.
Spam, vete a la reputa verga, y cuando estés ahí, sientate y gira (damas de oidos delicados y victorianos, perdonen mi francés) (alguien sabe de donde salió esa frase, "perdonen mi frances"? si es así, no sean egoistas y compartanlo).
Pedro, estoy tan sorprendido, decepcionado y asustado como usted, pero no se preocupe, que ya le pasé la receta que servirá como estatequieto a ese ojo traidor.

Anonymous said...

NComentario nada que ver con el post... por que ni lo leí... (big SORRYYYY¡¡¡¡) pero SAluditos Afectuosos a mi querido TIRSO¡¡¡¡

Anonymous said...

Eres el truzon más truzero que he conocido.... JA¡¡¡¡¡

Sirena said...

se desbordaron las hormigas de mi café... ahora están en la mesa